El Grupo de Investigación contra el acoso escolar nace con el propósito de llevar a cabo una línea de trabajo que ahonde o profundice en relación a esta lacra, partiendo de  la irrupción o nacimiento del proyecto de innovación e investigación “¿Invisibles?” (actuación que se lleva a cabo en el IES “Diego de Siloé” de Íllora-Granada).

   En este sentido, desde la Sociedad Pedagógica Tartessos, en el curso 2019-2020 ponemos  en marcha este grupo de trabajo coordinado por el docente  Rafael Bailón Ruiz (quien coordina conjuntamente con el profesor J.Luis Abraham el citado proyecto de “¿Invisibles?” en su centro educativo), sumándose al mismo enseñantes de otros centros educativos que quieren actuar en pro de erradicar esta lacra.

​   De la misma forma, se plantearán acciones que busquen una colaboración estrecha con el Grupo de Trabajo centrado en Altas Capacidades Intelectuales, y es que numerosos estudios inciden en la necesidad de frenar el bullying en alumnado con altas capacidades intelectuales. Autores como Carmen Sanz Chacón en su libro “La maldición de la inteligencia” han tratado este aspecto.

​   ¿Quién no ha escuchado calificativos del tipo “empollón”, “repollo” o “repelente”? Lo que debiera ser una cualidad o ventaja se convierte muy a menudo en un hándicap, un lastre con el que el alumnado afectado debe convivir. El inteligente es para el resto “el listillo” (dicho y tratado de forma despectiva).

​   En este sentido, el alumno sobredotado encuentra una barrera que le aparta del resto (investigaciones internacionales como las llevadas a cabo por J. M. González Cabrera o Javier Tourón cifran en un 64% los niños superdotados que sufren acoso escolar). Así pues es su mayor capacidad un arma arrojadiza que se les lanza a los alumnos de Altas Capacidades, algo que les destroza o hunde su cada vez más dañada autoestima.

   Cierto es que vivimos en una sociedad aparentemente moderna, predominando el uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales entre nuestros jóvenes. Este aspecto a tener en cuenta nos lleva a analizar nuevos fenómenos y términos que proliferan, con consecuencias muy negativas para las víctimas, tales como “grooming”, “sexting” o el denominado “ciberbullying”, aspectos que también serán tratados en nuestro grupo de trabajo.